Humillante derrota de un
maestro de kung fu, chino que en 10 segundos de combate sucumbió contra un
campeón de artes marciales mixtas (MMA). Esto ha desatado un debate sobre si las
formas tradicionales milenarias de lucha China, aún son
útiles para la lucha de hoy y siempre. El combate, ocurrió el pasado 27 de
abril en un gimnasio de la ciudad central de Chengdu, entre a Wei Li,
maestro de tai chi (una de las más conocidas formas de kung fu, palabra que
engloba a diversas formas de lucha tradicional en China) con Xu Xiaodong, un
letal luchador de MMA. La pelea, que creó gran expectación
como símbolo de un combate entre modernas y antiguas formas de lucha, fue
emitida en directo en la red para más de un millón de espectadores y sólo
duró unos instantes antes de que Wei tragara el polvo, salvajemente golpeado, derribado por su oponente. El evento tenía especial morbo, ya que Xu, un luchador al
que los aficionados consideran un provocador no exento de brotes de locura, ya
había dicho con anterioridad que su propósito era demostrar que las artes marciales
chinas en la actualidad no servían y adujo que iba a acabar con ellas. Y
tras la victoria que aparentemente le ha dado el verdadero sentido a su prédica, Xu ha retado a
cualquier luchador de kung fu a que pelee con él, sugiriendo un premio de 1,2
millones de yuanes (185.000 euros, 174.000 dólares) para el ganador. Debate
abierto Durante la semana transcurrida tras el combate, las redes sociales
chinas han hervido en debates sobre la efectividad del kung fu o el tai chi en
el mundo moderno, y también los medios han analizado el asunto, sin obtener por
ahora una tendencia clara. "El Kung Fu Tai, nació como un arte de defensa, pero
ahora es más bien un instrumento de mantenimiento de la salud, efectivo contra las
enfermedades crónicas", intenta contemporizar un profesor del Centro de
Cultivo Espiritual de Pekín. Otros consideran que la pelea fue un mero
espectáculo para atraer aficionados y no le otorgan validez para determinar si
son mejores las artes marciales modernas o las nuevas, como opinaba el famoso
practicante de MMA Liu Wenqin, para quien la pelea sólo fue un show. El propio Wei Li, que se autoproclama
experto en el llamado estilo Trueno del Kung fu Tai, restó importancia a su derrota,
asegurando en varias entrevistas que se había debido a una mala elección de
calzado que le hizo resbalar. Para China, poner en duda el kung fu es hacer
temblar los cimientos de una de las grandes expresiones de su cultura, tan
destacada que tiene su propio género en el cine oriental o convierte lugares
como el Templo Shaolin, cuna de los monjes guerreros, en grandes centros de
peregrinación y de negocio. Dicen los historiadores que las formas de combate
chinas, que aún estudian los policías y soldados del país, nacieron alrededor
de la dinastía Qin (siglo III AC), cuando los nobles comenzaron a contratar a
asesinos profesionales para su seguridad o incluso para entretenerles de un
modo similar al de los gladiadores romanos. Las artes marciales florecieron
especialmente a partir de la dinastía Tang (618-907), cuando se abrieron
escuelas y lugares de lucha en muchas ciudades del país. En la historia de
China, quizá el mayor protagonismo del kung fu se vivió en la Rebelión de los
Boxers (1899-1901), un levantamiento de fanáticos antioccidentales expertos en
el combate cuerpo a cuerpo que puede considerarse la semilla del nacionalismo del país chino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.